Supongo que algún día entenderé esas ciertas cosas que ahora resultan tan evidentes
Tan evidentes que incluso quedan en la ridiculez. Qué paradójico es que pesen los suspiros cuando ya no queda aire, que todo sea tan simple y retorcido cada desastre.
Sabemos que hay gente que nunca va a abrir las manos para dar ni recibir nada, y menos van a abrir los ojos
Qué absurda es la espera. Sin embargo, si me suelto de todo un instante y no pienso, lo entiendo, te juro que lo entiendo e incluso me causa gracia.
la claridad se da en momentos muy fugaces y entonces todo vuelve a ser una cuestión de apariencias pantallas y hologramas nebulosos.
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