Iba a escribir algo que me había estado dando vueltas durante días, pero a veces el tiempo deja de ser un mal adversario y pasa a ser cómplice de historias. Entonces pude tomar cada segundo y cada minuto con las manos y moldearlo a mi antojo.
Pude desarmarlo y mirarlo con otros ojos. No pude estirarlo ni pude volver a desenterrar esos recuerdos para desarticularlos nuevamente, no no pude. ¿Para qué? Ser cómplice del tiempo y ser aliado de este espiral nebuloso de acontecimientos encadenados por la inercia no va a cambiar ni la muerte ni los errores ni los gritos ni las lágrimas
Este reloj de arena me esta aplastando y cada grano de arena cae lastimando mi aire. Cada memoria muere sedienta de ganas de respirar. Cada recuerdo es mentiroso. Quedo sin pupilas ni oídos ni gargantas.. no puedo gritar ni huir, no ahora no, demasiado tarde. Permanecí mucho tiempo suspendida en algo que crei era una pausa y no, todo al rededor siguio su ritmo curso y función. La unica que se queja y reclama soy yo, porque no lei las letras chiquititas del contrato. En ningun lado decía que tenía que ser así. Qué injusto es que los demas sepan donde esta la entrada y la salida y el interruptor, y yo acá en medio de la oscuridad tanto tiempo pensando que con abrir los ojos bastaba para ver.
Creo con firmeza que no hay nada más hermoso que ir hacia lo desconocido. Hay gente que le teme a esa situación de desconcierto y prefiere vivir en un presente estático pero certero. Otros preferimos desafiar ese temor porque nos atrae inexplicablemente. Siempre en cuando eso no traiga como consecuencia alguna traición hacia nuestros propios valores. Siempre y cuando sea algún tipo de alimento para nuestro torpe aprendizaje.
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